LAS AVENTURAS DE TINA Y NINA

Una historia real.
Me llamo TINA y os voy a contar mi historia. 
Hace un tiempo vivía en la calle con mi mami y mis hermanitos. Era una gatita callejera feliz. Mi colonia está en Cantarrana, en una zona de bares y restaurantes. Y aunque la vida de la calle es difícil, no nos faltaba de nada, una buena familia nos alimentaba, tenía parque donde jugar y zonas para resguardarnos del frío. Siempre fui una gatita muy juguetona e inquieta. A pesar de que mi mami estaba muy pendiente de mi, un día quise explorar todas las cosas nuevas que había a mi alrededor, me despisté y sin querer me caí en un riachuelo cercano. Mi mamá se pasó día y noche intentado ayudarme pero no pudo hacer nada. Lo pasamos muy mal durante tres días, parecía que nadie nos escuchaba, nadie nos oía, nadie nos veía. Un día, un chico no miró hacia otro lado y decidió comentárselo a Isa, una chica muy conocida de la zona que cuida a otra colonia de gatos vecina. Isa, sin dudarlo un momento y a pesar de ser por la noche y en una zona peligrosa fue a ver qué sucedía. No pudo hacer nada, yo estaba en un lugar inalcanzable par ella. Pero Isa no me abandonó, al día siguiente ella y una amiga llamaron al 112 para contar lo sucedido. Ellos se pusieron en contacto con protección civil de la zona que en esos momentos estaba prestando servicio en la romería de O Naseiro, pero fue tal la insistencia de las dos amigas que al final accedieron a venir. Me recogieron del agua en este estado...
Tenía frío y estaba muy cansada, no tenía fuerzas ni para maullar. Recuerdo ver a mi mami merodeando por la zona con cara de preocupación. Isa y su amiga me envolvieron en una mantilla, me dieron calorcito y me llevaron a un veterinario. 
Casi no había esperanzas de que saliese con vida. Me dieron el medicamento recetado por el doctor y me acomodaron en un lugar calentito. Ese mismo día difundieron mi historia por las redes sociales. Al día siguiente fui en acogida con Ángeles. Una chica muy buena que me cuidó como si fuese mi mamá. Me daba comidita, agua, el medicamento que me recetó el veterinario y lo más importante muchos mimitos. Yo echaba mucho de menos a mi mami y a mis hermanitos, pero en el estado que me habían recogido no sobreviviría en la calle, era eso o morir. ¡Y por fin llegó la buena noticia!. Una chica se ofreció a ayudarme. Ella quería adoptarme y llevarme para su casita. Y aquí me veis a, la gatita más feliz del mundo. 
Ahora formo parte de su gran familia. Me pusieron un nombre que me encanta, ¡¡TINA!!! y no me falta de nada. Poquito a poco me fui recuperando y ahora vuelvo a ser esa gatita curiosa y espabilada. Aquí podéis verme aprendiendo a tocar la guitarra!!
Aunque echo de menos a mi mami y  a mis hermanitos, y pienso cada día en ellos, si el día que me encontraron me hubiese dejado de nuevo en la calle, no habría sobrevivido. Estoy muy agradecida a todas las chicas que me ayudaron a poder vivir y sobretodo a Cira, mi mami humana por darme una oportunidad para ser feliz. 💕💕💕💕
NINA

No me quiero despedirme sin contaros la historia de mi amiga Nina. Nina, es una gatita de dos meses, vivía con su mami y sus hermanitos en una casa con su "familia" humana en Viveiro. Era feliz. Pero un día, alguien de su "familia, decidió tirar al mar a los cachorros metidos en una bolsa con la idea de ahogarlos. Nina formaba parte de una camada no deseada. Los humanos solo quieren a su mami para cazar ratones y la casa en la que viven no quieren más gatos. Seguro que no es la primera vez que se deshacen de más gatitos. Por desgracia, casos como el de Nina y sus hermanos, suceden a diario. De sus hermanitos nada se volvió a saber. Nina es muy valiente. Luchó con todas sus fuerzas para salir de la bolsa y agarrarse con todas sus fuerzas a una roca. Unos chicos que paseaban esa noche por donde estaba Nina la escucharon llorar y no miraron hacia otro lado. Emplearon toda su fuerza en ayudarla. Nina, como es normal, tenía miedo a los humanos. Su rescate no fue fácil, no pudo ser esa misma noche. Los chicos le dejaron una cajita con una manta, agua y comida para que no pasase frío , hambre y sed, y volvieron a la mañana siguiente.  Finalmente Nina fue rescatada y ese mismo día un chico llamado David se interesó por ella. Ahora forma parte de su familia y vive feliz. 
Al igual que Tina tuvo la suerte de sobrevivir, seguramente no fue así en el caso de sus hermanos. Y al igual que Tina piensa mucho en su mami. Le encantaría volverla a ver y que supiese que ella está viva y es feliz.
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No siempre que veáis un gatito bebé en la calle hay que recogerlo. Muchas veces no está abandonado, simplemente es que su mami fue a buscar comida o lo está cambiando de lugar. Antes de actuar hay que asegurarse de que el gatito está perdido o abandonado. Nadie puede cuidar mejor a su gatito que su mamá. Os dejamos unos consejos a tener en cuenta...

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